Los teléfonos móviles nuevos son caros. Los teléfonos móviles de gama alta, carísimos. Somos consumistas, si... lo somos. Nos encanta lo último, lo innovador, lo que mejor se ve, lo más mejor. Por culpa de los terminales, nos atamos años a las operadoras, le entregamos parte de nuestras nóminas, paros, subsidios.

Nada es poco por el último smartphone. Las compañías lo saben, y tocan su flauta de Hamelin: "porta tu número dos años con nosotros con una tarifa de datos y de voz valorada en 40€ mensuales y te damos esta maravilla de la ciencia tecnológica que quedará obsoleta en 6 meses. Tráenos las últimas facturas y si son superiores a 30€ te descontamos blabla, y si traes tu viejo terminal, blabla..."

Google es como china. No para de crecer, vemos en tiempo real como se apodera del mundo, pero a nadie parece importarle demasiado. Hoy estamos creando una huella digital como nunca antes en la historia de la tecnología. Nuestras amistades, rutinas, gustos, aficiones, fotos, vídeos, localizaciones, documentos, emails, agenda, diario, búsquedas online, trabajo... todo pasa por Google.

Y nosotros tan contentos.

Viñeta dedicada a los fans del estilo, diseño, interfaces, hardware y saber estar de Apple.
Un par de meses después de dibujarla, fallecería uno de sus cofundadores, Steve Jobs.

Lo bueno de ser un friki en el siglo XXI es que existen los geeks. Si tienes la suerte que tu obsesión esté ligeramente relacionada a la tecnologia, sea que vistas como un padawan, como un gafotas o con pantalones de pana vieja: eres Geek. Eso si para que nadie se confunda, lleva siempre a la vista tu pedazo de smartphone. Geek si, algo de retro, vale. Pero nerd, no. Ni fantasy, ni epic, ni viejuno, ni legandario, ni rolero, todos esos no ligan.